Como
profesor empeñado a construir una sólida América, desde Alaska a Tierra de Fuego,
gracias a la educación solidaria, cada 6 de agosto, al imaginar aquella épica
batalla de Junín, me emociona hasta las lágrimas e invito a los estudiantes, consolidar
la unidad peruana y americana en memoria de la gesta heroica de nuestros
antepasados.
Conmemorando
el atroz entusiasmo de los soldados patriotas de 1824 en Perú, hoy es necesario
cultivar esa emoción de confraternidad, para erigir la unidad continental y conmemorando
aquel sangriento sacrificio, apostemos una forma de vivir y caminar juntos,
hacia una causa común de un mejor porvenir de la ciudadanía americana como
hacen los europeos.
En este
sentido, el discurso solidario de Simón Bolívar, cobra mayor vigencia en las
escuelas vivas y conscientes, “¡Soldados! El Perú y la América toda aguardan de
ustedes la paz, hija de la victoria, y aún la Europa liberal les contempla con
encanto porque la libertad del Nuevo Mundo es la esperanza del Universo”.
Efectivamente,
el triunfo de esta batalla no se hubiera logrado sin esta noble labor
solidaria, pues, llamados por el destino y urgidos de una sobrevivencia en
libertad, tanto: argentinos, colombianos, chilenos, peruanos, ecuatorianos e
ingleses, consiguieron la unánime victoria contra la miserable tiranía de la
mala gente.
Es así
que, en las escuelas, a partir de esta batalla, aprovechemos forjar un
currículo que valore el sacrificio heroico de aquellos soldados, y cultivemos mayor
identidad grupal y ejerzamos la pedagogía solidaria, dispuestos a vivir unidos en
la diversidad y lograr objetivos comunes y compartidos.
Ahora
que el mundo es más multipolar, es ineludible que, en América, tributemos a la
sangre que derramaron nuestros mayores y desarrollemos desde los claustros
universitarios, una tecnología sostenida, que nos permita un rol protagónico y liderazgo
mundial cooperante, más allá de trasnochadas ideologías políticas que siempre
nos dividió hasta ahora.
Asimismo,
esta unión peruana y americana, nos facilitará presentar un solo frente de
batalla contra la epidemia social de la barbarie y la escoria, protagonizada
por la delincuencia, el narcotráfico y la corrupción que están acabando con
nuestro porvenir.
Para
terminar, la escuela es un aposento de conciencia humana de nuestra identidad colectiva.
En base al currículo solidario, eduquemos a los estudiantes para lograr un
beneficio compartido y próspero de nuestra América, en honor al sacrificio de
los soldados de la batalla de Junín.
© David Auris Villegas. Escritor, columnista y pedagogo peruano.
Imgen tomado de: https://www.huachos.com/detalle/6-de-agosto-1824-batalla-de-junin-y-pedagogia-solidaria-noticia-15113
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