Quienes profesamos el
maravilloso arte de educar personas, en Perú y en todas partes, ilusionados,
emprendemos esta aventura, para transformar vidas y provocar alegría a la
humanidad; sin embargo, con el trascurrir de los años, esta luna de miel
pedagógica, va desvaneciéndose en países como el nuestro, donde el quehacer
docente es un ejercicio marginal y vilipendiado desde los gobiernos y la misma
sociedad.
Ante esta espantosa realidad,
¿cómo autovalorarnos?, ¿probablemente siendo homenajeados cada 6 de julio? Al observar
esta pancarta, Día del Maestro, reafirmemos nuestra aventura pedagógica, a
pesar de tantos muros por escalar.
En efecto, los más de
quinientos mil docentes del país, como personas, según las investigaciones, merecemos
una vida digna y acomodada, por ello, exigimos al gobierno como cuestión
existencial, elevar nuestros estipendios y asignar 10% del PBI a educación.
Además, el estado socioemocional del cuerpo docente, debido a esta pandemia se ha visto vapuleado, requiriendo ser tonificado infatigablemente desde el Ministerio de Educación, empoderándonos de habilidades blandas, con la finalidad de educar personas solidarias, seguros de sí mismo, capaces de tomar decisiones acertadas en contextos disruptivos.
Por otra parte, dado la
multiplicación del conocimiento y la revolución científica, es imprescindible desarrollar
la experticia docente, orientados a educar estudiantes científicos, creativos y
productores de contenidos con dosis emprendedora.
En este sentido,
eduquemos para la vida, asumiendo nuestra tarea inspiradora y empática, esgrimamos
con maestría el arte didáctico recomendado por Comenio, acompañado del
magistral dominio de los recursos tecnológicos, centrados a lograr aprendizajes
innovadores en esta nueva realidad híbrida.
Asimismo, es posible lograr
calidad educativa, desde una política de estado consecuente que mire hacia
adelante y aspire una sociedad desarrollada y sostenida que, por ahora debemos
esperar, debido a que el presidente Castillo, demuestra una supina ignorancia
pedagógica, pues durante 11 meses de gestión ha cambiado 4 ministros de educación,
generando un desconcierto social.
Aunque el gobierno ha
perdido la brújula, impulsemos proyectos educativos de mejora continua, desde
la sociedad civil, junto a padres de familia y el sector empresarial como hacen
los países nórdicos, quiénes ha desarrollado gracias a una educación de
calidad.
Abreviando, a pesar de
tantas limitaciones, como educadores e ingenieros sociales, renovemos nuestros
votos pedagógicos y comprometámonos a liderar la verdadera transformación social,
hacia un progreso compartido y desarrollo sostenible que todos aspiramos.
Imagen tomado de: https://www.huachos.com/upload/img/noticias/16574604055367cc2bf8.jpg
© David Auris Villegas. Escritor,
columnista y pedagogo peruano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario