El 19 de julio, las
manifestaciones han inundado Lima, la capital peruana y en diversas regiones
del país. Los ciudadanos han expresado su frustración y rechazo hacia un
gobierno mediocre y un congreso corrupto, que gobiernan con poca transparencia
y un espantoso cinismo que solo buscan más poder en lugar de servir al país.
En este contexto, estas
manifestaciones son una oportunidad de aprendizaje para consolidar a nuestra
democracia. Según Camila Calderón y otros columnistas, la protesta se lideró
desde tres frentes: el Comité Nacional Unificado de Lucha en el Perú (Conulp),
el Comando Unitario Nacional de Lucha (Cul) y el centro liberal de izquierdas y
derechas, con un pliego de reclamos común: renuncia de Dina Boluarte, cierre
del congreso entre otros que, parecieran estar buscando protagonismo político.
Dado que la manifestación
constituye un legítimo reclamo ciudadano, solicitar la renuncia de Dina
Boluarte resulta incomprensible, ya que ella, a pesar de su arrogante gobierno,
no ha violado a nuestra constitución que posibilitaría su vacancia. Además, ha
enviado proyectos de Ley al Congreso con el fin de adelantar las elecciones que
no han sido aceptados. Entonces, ¿es posible seguir con el discurso de la
renuncia? En cualquier caso, se debe culpar al Congreso por no aprobar el
proyecto de adelanto de elecciones.
En este infortunio,
¿quién cerraría el Congreso? Sin duda, el ejecutivo, no obstante, para que se
pueda resolver este asunto, es necesario que se produzca una infracción del
artículo 134 de nuestra constitución, además piden elecciones generales y una
constituyente que los líderes políticos saben que es imposible por el momento,
sin embargo, mueven a las masas para visibilizarse.
Se pide la liberación y
restitución del expresidente Castillo. Con todo lo que está destapándose
gracias a los colaboradores eficaces, este profesor debe estar preparándose
para una prolongada estancia en la cárcel, lo cual pienso que, en realidad, es
inútil estar malgastando el tiempo echando bullas a su favor, cuando podemos
estar en casa disfrutando de nuestra familia.
La otra lucha de siempre
es el rechazo al imperialismo norteamericano, en lugar de establecer una
convivencia y transferencia tecnológica con los amigos del norte para salir del
subdesarrollo, ya que la presencia de militares estadounidenses, según Farid
Kahhat no afecta a nuestra soberanía.
Sin embargo, considero
que todos debemos unirnos y solicitar, una sanción ejemplar para los violadores
de derechos humanos, quienes causaron la muerte de más de cincuenta personas
durante las manifestaciones pasadas.
En última instancia, para
no repetir la historia, aprovechemos estas lecciones pedagógicas de la marcha,
congregándonos en cada provincia y distrito con el fin de exigir a nuestros
congresistas, alcaldes y gobiernos regionales un trabajo eficiente. De lo
contrario, presenciaremos otras románticas tomas de Lima y solo los líderes
políticos y las agrupaciones gremiales saldrán beneficiados.
© David Auris Villegas.
Escritor, columnista, pedagogo peruano y creador del ABDIV.
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