Con la pandemia como
telón de fondo, en medio de fricciones ideológicas, ausencias presidenciales que
revelan frágil compromiso continental y pomposos discursos, ha concluido la IX
Cumbre de las Américas en Estados Unidos, apremiando una pedagogía del diálogo
propositivo y viable, para afrontar problemas sociales con estrategias consensuadas.
Este foro democrático impulsado
en 1994, por el ex presidente estadounidense Clinton, suele ejecutarse cada
tres años. Su objetivo es promover
la democracia y solucionar problemas desde la colectividad, ahora, apelan al lema,
“Construyendo un futuro sostenible, resiliente y equitativo”.
En esta línea, la Carta Interamericana,
ha de aplicarse, impulsando equidad y solidaridad con el objetivo de consolidar
esa ambivalencia democracia, resaltada por Brian Winter, como signo distintivo
de convivencia intercultural.
Entonces, ¿Cómo fomentar creatividad
y resiliencia para sobreponernos a inesperadas pandemias y cambios paradigmáticos?
Para afrontar con éxito, los gobiernos están obligados asumir la tarea de
mejorar la educación e impulsar tecnologías que aseguren protagonismo mundial y
masificar acceso a internet, desde Alaska a Tierra de Fuego, como justica
social a mil millones de habitantes.
En el terreno económico, los
líderes olvidaron trazar estrategias reales, conducentes al desarrollo
sostenible de la región, como la transferencia tecnológica a cambio de
biodiversidad. Andrés Oppenheimer, resalta la oportunidad de oro para América Latina
debido a la coyuntura mundial que, los gobernantes son incapaces de advertir cegados
por egos y celos ideológicos y políticos.
Y para la foto, los
migrantes protestaron contra EEUU. Al respecto Joe Biden dijo, ninguna nación
debe asumir sola esta responsabilidad. Sin embargo, es licito preguntarse, ¿por
qué no protestan contra gobiernos de sus países? Son responsables de la
migración ilegal, dictaduras como Venezuela y Centroamérica, quienes generan millones
de desplazados que, a partir de la Declaración de los Ángeles, cada gobierno
impulsará políticas de equidad, inclusión, oportunidad laboral y seguridad
social.
Asimismo, esta Cumbre deslizó
estrategias sostenibles de biodiversidad y desafíos al cambio climático con
energías renovables, apoyados por políticas vinculantes, centrado en la economía
verde. Además, resulta clave, desarrollar políticas de anticorrupción,
seguridad ciudadana y lucha frontal contra el narcotráfico. Teniendo como
aliado a la educación, promovamos leyes globales, capaces de juzgar en
Argentina delitos cometidos en Brasil, por citar un ejemplo.
En conclusión, desde Cumbre
de las Américas no provoquemos debates ideológicos, sino, propiciemos espacios de
propuesta pedagógica y consolidemos nuestra democracia regional, para instituir
una sólida América, desarrollada, tecnológica y fraterna, redibujando
oportunidades de desarrollo personal sin la necesidad de migrar a la fuerza.
©
David Auris Villegas. Escritor, columnista y pedagogo peruano.
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